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Reivindicación de derechos

  • agustintonini
  • 20 abr 2016
  • 9 Min. de lectura

PRODUCCIÓN PERSONAL.

Soy una persona.

Hoy me gustaría expresarme con ustedes de lo que siento, de lo que sentimos muchos, hace ya mucho tiempo hemos sido tratados de maneras diferente por nuestros gustos, hemos sido apartados de la sociedad por solo no ser como ellos.

Los homosexuales han sufrido años solo por ser eso, homosexuales, en el pasado nadie nos veía como personas normales, las iglesias nos separaban del resto de las personas, la gente decía que teníamos una enfermedad, incluso jóvenes han sido asesinados o han hecho suicidios por como los trata la sociedad, ¿Por qué un joven que tenía un futuro esperándolo tenía que ser asesinado? ¿Por qué un joven que no molestaba a nadie tenía que separarse de su vida? Yo les diré el porqué, porque estamos criando a chicos con la mente cerrada, haciéndolos creer que ser diferente a los demás es malo.

Muchos de nosotros vivimos una vida que no es la nuestra, muchos de nosotros nos hemos mentidos por años de quienes somos realmente, muchos de nosotros tenemos miedo de mostrar quienes somos realmente, ese miedo debe desaparecer, porque nosotros no somos menos que nadie, somos personas al igual que todos, con derechos y nadie nos puede decir que no los tenemos solo por ser diferentes.

En el 2010 Argentina dio un paso más a la igualdad al aprobar la ley de matrimonio igualitario, pero no fue suficiente ya que en el mundo todavía hay desigualdad, todavía hay más hombres y mujeres sufriendo sin que lo sepamos, en algunos países como Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen es un delito ser homosexual, puedes ir a la cárcel o perder tu vida, ya que en algunos países es un pena capital, ¿Dónde está lo humano en eso? Matar a una persona por ser homosexual, todavía nos falta un largo camino que recorrer para que vean que todos somos personas, todos somos humanos con derechos.

Yo quiero vivir sin miedo, yo quiero formar una familia, nadie me puede sacar ese derecho por ser quien soy, ¿por qué un chico puede ir agarrado de la mano con su novia y yo no con mi novio? ¿Por qué tengo que tener miedo en demostrar quién soy en realidad? Nadie me puede decir la respuesta a eso ¿saben por qué?, porque no hay una respuesta a esas preguntas.

Porque soy una persona como ustedes con una mama, con un papa, con hermanos, tíos, tías, abuelos, abuelas. Soy una persona como ustedes que tiene educación, trabajo. Soy una persona como ustedes que se puede enamorar, puede ser feliz, que tiene sentimientos. La única diferencia que hay es en los gustos, pero los derechos son los mismos.

Porque soy…somos personas.

Discurso de Martin Luther King

TENGO UN SUEÑO

Discurso durante la Marcha a Washington por Trabajos y por la Libertad 28 Agosto 1963, Washington, D.C.

Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy día en esta que será, en la historia, la más grande demostración para la libertad en la historia de nuestro País.

Hace cien años, un gran Americano, en cuya simbólica sombra estamos hoy parados, firmó la Proclamación de la Emancipación. Este trascendental decreto vino como un gran rayo de luz de esperanza para millones de esclavos Negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Vino como un lindo amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero cien años después, el Negro aún no es libre; cien años después, la vida del Negro aún es tristemente lisiada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el Negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el Negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad Americana y se encuentra desterrado en su propia tierra.

Entonces hemos venido hoy día aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En un sentido hemos venido a la capital de nuestro País a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaración de Independencia, ellos firmaban un pagaré del cual cada Americano sería el heredero. Este pagaré era la promesa que todo hombre, sí, el hombre negro y el hombre blanco, tendrían garantizados los derechos inalienables de vida, libertad, y búsqueda de la felicidad.

Es obvio hoy día que América ha incumplido este pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos de color. En lugar de honrar esta sagrada obligación, América ha dado a la gente Negra un cheque malo; un cheque que ha regresado con el sello "fondos insuficientes." Pero rehusamos creer que el Banco de Justicia está quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de oportunidad de este País. Y entonces hemos venido a cobrar este cheque, el cheque que nos dará sobre manera la riqueza de libertad y la seguridad de justicia.

También hemos venido a este sagrado lugar para recordar a América la urgencia impetuosa de ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de Democracia; ahora es el momento de salir del obscuro y desolado valle de la segregación al camino alumbrado de la justicia racial; ahora es el momento de sacar nuestro País de las arenas movedizas de la injusticia racial, a la piedra sólida de la hermandad; ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento. Este verano ardiente por el legítimo descontento del Negro, no pasará hasta que no haya un otoño vigoroso de libertad e igualdad.

1963 no es el fin, si no el principio. Y los que pensaban que el Negro necesitaba desahogarse para sentirse contento, tendrán un rudo despertar si el País regresa al mismo oficio. No habrá ni descanso ni tranquilidad en América hasta que al Negro se le garantice sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán a sacudir las bases de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que yo debo decir a mi gente, los cuales están parados en el umbral gastado que conduce al palacio de la justicia.

En el proceso de ganar el lugar que nos corresponde, no debemos ser culpables de hechos censurables. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad con tomar de la taza de la amargura y del odio. Siempre tendremos que conducir nuestra lucha en el plano alto de la dignidad y disciplina. No podemos permitir que nuestras protestas creativas se degeneren en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas del encuentro de la fuerza física con la fuerza del alma.

La maravillosa nueva militancia, la cual ha envuelto a la comunidad Negra, no debería llevarnos a desconfiar de toda la gente blanca; porque varios de nuestros hermanos blancos, como se ve hoy día por su presencia aquí, han venido a darse cuenta que su destino esta amarrado con nuestro destino. Y ellos han llegado a darse cuenta que su libertad esta inseparablemente unida a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y al caminar, debemos hacer la promesa que siempre marcharemos adelante. No podemos volver atrás.

Hay aquellos que están preguntando a los devotos de los Derechos Civiles, Cuando estarán satisfechos?" Nunca podremos estar satisfechos mientras que el Negro sea víctima de horrores indescriptibles de brutalidad policial; nunca podremos estar satisfechos mientras que nuestros cuerpos, pesados por la fatiga de viajar, no podemos alojarnos en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades; no podremos estar satisfechos mientras que la movilidad básica del Negro es de un barrio pequeño a uno más grande; nunca podremos estar satisfechos mientras que nuestros hijos están despojados de su personalidad y robados de su dignidad por un letrero escrito "Sólo Para Blancos," no podremos estar satisfechos mientras que el Negro de Mississippi no pueda votar y el Negro de New York crea que no tiene nadie por quién votar. No! No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta "que la justicia corra como el agua y las virtudes como una fuerte quebrada,"

Yo no desconozco que algunos de ustedes han venido pasta aquí con grandes esfuerzos y tribulaciones. Algunos de ustedes han llegado recién de unas angostas celdas. Algunos de ustedes han venido de áreas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por la tormenta de persecución y derrumbados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes han sido los veteranos de sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la fé de que el sufrimiento no merecido es redentorio. Regresen a Mississippi; Regresen a Alabama; Regresen a South Carolina; Regresen a Georgia; Regresen a Louisiana; Regresen a los barrios bajos y a los ghettos de nuestras ciudades Norteñas, sabiendo que de alguna manera esta situación podrá y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperación.

Entonces les digo a ustedes, mis amigos, que aunque nosotros enfrentemos las dificultades de hoy y de mañana, aún yo tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño Americano, que un día esta nación surgirá y vivirá verdaderamente de su credo, "nosotros mantenemos estos derechos patentes, que todo hombre es creado igual." Yo tengo un sueño que ese día en las tierras rojas de Georgia, hijos de esclavos anteriores e hijos de dueños de esclavos anteriores se podrán sentar juntos a la mesa de la hermandad. Yo tengo un sueño que un día aún el estado de Mississippi, un estado ardiente por e1 calor de justicia, ardiente por el calor de la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia. Yo tengo un sueño que mis cuatro pequeños hijos algún día vivirán en una nación donde no serán juzgados por el color de la piel, sino por el contenido de sus carácteres.

Hoy yo tengo un sueño!

Yo tengo un sueño que un día en Alabama, con sus racistas viciosos, con su Gobernador con sus labios goteando palabras de interposición y nulificación, un día allí en Alabama los pequeños negros, niños y niñas, podrán unir las manos con pequeños blancos, niños y niñas, como hermanos y hermanas.

Hoy yo tengo un sueño!

Yo tengo un sueño que algún día cada valle será elevado, y cada colina y montaña serán hechas llanas. Los lugares más ásperos serán aplanados y los lugares torcidos serán hechos rectos, y la gloria de Dios será revelada y todo género humano se verá junto.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual yo regreso al Sur. Con esta fe podremos labrar de la montaña de la desesperación, una piedra de esperanza. Con esta fe podremos transformar el sonido discordante de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, pararse juntos por la libertad, sabiendo que algún día seremos libres, y este es el día. Este será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar con nuevos sentidos "Mi País es de ti, dulce tierra de libertad a ti yo canto. Tierra donde mi padre murió, tierra del orgullo de los peregrinos, de cada lado de la montaña, dejemos resonar la libertad." Y si América va a ser una grande nación, esto tendrá que hacerse realidad.

Entonces dejen resonar la libertad desde la cima de los montes prodigiosos de New Hampshire; dejen resonar la libertad desde las poderosas montañas de New York; dejen resonar la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pennsylvania; dejen resonar la libertad desde las rocas cubiertas de nieve de Colorado; dejen resonar la libertad desde las curvosas cuestas de California. Pero no sólo ésto. Dejen resonar la libertad de la Montaña de Piedra de Georgia; dejen resonar la libertad desde la montaña Lookout de Tennessee; dejen resonar la libertad desde cada colina y montaña de Mississippi. "De cada lado de montaña dejen resonar la libertad." Y cuando ésto pase y cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar de cada aldea y cada caserío, de cada estado y cada ciudad, podemos apurar el día en que todos los hijos de Dios, hombre negro y hombre blanco, Judíos y Cristianos, Protestantes y Católicos, podemos unir nuestras manos y cantar en las palabras del viejo espiritual Negro:

"Libre al Fin, Libre al Fin; Gracias Dios Omnipotente, somos libres al fin."

Lo que acabamos de leer es un discurso de Martin Luther King, quien fue un activista del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos para los afroamericanos. El discurso trata de los derechos que se le había prometidos a los afroamericanos y que no fueron cumplidos, en su discurso dice que ellos debían luchar por sus derechos, que por ser de diferente color de piel no significa que no sean personas como los demás, pero que no debían recurrir a la violencia para obtener esos derechos, su mensaje era hacerle llegar a las personas que no eran diferente a los demás, que tenían trabajo, tenían familia, tenían las mismas cosas que ellos, su sueño era tener un mundo más unido, más igualitario, donde podías ir a pedir trabajo y que no importara tu color de piel, si no que fueras una persona.

La información esta ordenada de la siguiente manera:

El texto está divido en dos, en la primera parte habla del pasado hasta el presente; de los derechos que habían prometido, de lo que tuvieron que pasar los afroamericanos hasta la actualidad. En la segunda parte habla de lo que quiere, se expresa dice cuál es su sueño y por qué quiere que se haga realidad.

AUDIO DEL DISCURSO.


 
 
 

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